HACIA UNA CULTURA DEL BUEN TRATO Y LA PROTECCIÓN
En el Hogar Virgen De los Dolores (HVD) día a día construimos un futuro esperanzador para los niños, niñas y adolescentes (NNA) a quienes servimos. Las circunstancias de sufrimiento de tantos niños, niñas y adolescentes dan sentido a nuestra misión, pues nuestro servicio brota del hacernos cargo de esas situaciones dolorosas, para transformarlas en alegría y esperanza. Cada acción que realizamos expresa lo que pretendemos; diariamente nuestros NNA esperan relaciones de respeto, cuidado, cercanía, ternura y compresión, pues estas relaciones sanan heridas, crean confianza y construyen futuro; son el pilar fundamental de nuestro servicio.
Desde que los NNA ingresan en nuestro Hogar nos comprometemos con ellos. Comenzamos un trabajo cotidiano de construcción de garantías en las que sus derechos fundamentales son reconocidos. Nutrición, salud, vivienda, educación y acompañamiento son las formas concretas a través de las cuales lo logramos, pero el trabajo no termina allí, es una exigencia de nuestro tiempo permanecer vigilantes ante cualquier amenaza que ponga en riesgo su dignidad. El abuso y la violencia, en cualquiera de sus formas, es un mal que los está maltratando y esta realidad no pode ser ignorada.
Vale enfatizar que como organización de iglesia nuestro compromiso con la erradicación de cualquier amenaza a la dignidad humana, especialmente la de los más vulnerables, es radical, pues bruta de nuestras convicciones de fe. Nos hacemos parte de la vida de los NNA desde Jesús de Nazaret, quien se acercaba a las personas con tanta calidad humana que las sanaba, las liberaba y nunca las maltrataba. Desde esta perspectiva, el Hogar Virgen De los Dolores asume el compromiso de cuidar y proteger la dignidad de los NNA desde una política de “Tolerancia cero” ante cualquier tipo de amenaza o abuso dentro o fuera de nuestra institución.
El presente manual de entornos sanos y seguros pretenda fortalecer esta convicción y ayudarnos a cumplirla. Este manual se presenta en tres módulos, primero, Hacernos cargo de la realidad, busca dar a conocer la realidad de la violencia en sus distintas formas con una actitud de honradez y sinceridad. Segundo, Cargar con la realidad, significa asumir esta realidad desde un compromiso responsable con la dignidad humana. Finalmente, Encargarse de la realidad, significa que nuestro compromiso es eficaz. Al encargarnos de la realidad ponemos en obra todo lo necesario para que el abuso sea erradicado de nuestra sociedad y nuestra iglesia[1].
Nuestro horizonte es garantizar un Hogar seguro para todos, por eso en HVD nos autodefinimos como un Hogar seguro que potencia la dignidad de las personas y las empodera a través del buen trato. Asimismo, en HVD asumimos el rol de proteger a los más vulnerables más allá de los límites de actuación de nuestra institución, pues nuestras acciones implican a las familias, a los entornos comunitarios, a los entornos escolares y aliados institucionales donde hacen vida NNA.
A continuación te invitamos a leer nuestro Protocolo de Entornos Sanos y Seguros:
[1] Para Ignacio Ellacuría el conocimiento de la realidad tiene tres momentos: “se conoce la realidad cuando, además de hacerse cargo de la realidad (momento noético) y de cargar con la realidad (momento ético), uno se encarga de la realidad (momento práxico) (Cfr. Ellacuría, Hacia una fundamentación filosófica del método teológico latinoamericano, UCA, (1975), p. 149.